Me dormí. El agua de la pava casi se evapora. El té se hizo demasiado oscuro. Me quemé. Tiré el saquito al 'tacho de basura', rebotó, me salpicó: tenía puesta la tapa, así lo deja mi vieja 'para que no atraiga bichos'. Vi el reloj, ya estaba en horario de salir, pero mi cuerpo no se movía: no llegaba la información desde el cerebro porque seguía dormida o se trataba de un sueño (algo sádico, por cierto). Una de dos, y era la primera opción. Cuando reaccioné busqué mis cosas, tropecé, metí un codazo a algo que no recuerdo bien qué era y salí. Sentí frío. Abrí el portón helado. Saqué el auto, la perra salió, después no quería entrar. Esperé a que pasen los miles de autos que hoy decidieron transitar por esta cuadra, empezó a hacerme calor, me saqué a duras penas la campera sin desprender el cinturón de seguridad, luché, el auto se apagó. Agarré todos los pozos y charcos que encontré en el camino. Una calle cortada, me desvié. [Encima que te busco me decís: ¡que cara de dormida! No, si voy a tener cara de feliz cumpleaños a las 7.30. Soy calentona pero vos más, yo parecía un ángel, fuiste puteando todo el camino, tengo que entenderte si... no estás bien, me callo]. El tráfico estaba insoportable, parecía que nadie iba a ningún lado, ¡no es hora de pasear abuelas! Calle cortada, uy, otra calle cortada, les presento: Amaya, mi mejor amigo. Bocinas (shhhhhhh por favor). Vías, odio las vías ('Levantá los pies mi'jita sino no te vas a casar nunca' ¿querés que levante los pies ahora que voy a manejando? ¿ah?). Al fin... nos despedimos, 'llevate el auto si, si'. Me dí cuenta que tenia muchas cosas, se me iba a caer todo, cuando me decidí a dejarte algo, ya no estabas, genial. La primera cara que vi a lo lejos es la de la verborrágica, ¡qué país generoso! Había que buscar banco, 'ponéle onda' pensé, 'se puede remontar barrilete todavía'. Comenzó la clase, la profesora no paró de quejarse, justo la buena vibra que necesitaba ¿alguien más?. Levantó la mano el denso de adelante y ella le dió la palabra. 'No tiene que hacer eso señora, ahora no parará con sus comentarios incoherentes' se me vino a la mente. Me pasaron el mate, casi tiro todo en el cuaderno (esto salio bien). Estaba incómoda, me movía buscando la forma de sentarme sin que me duela cada centímetro del cuerpo. Alguien hizo un chiste, me reí... y me ahogué con la saliva. ¡Que termine este día por favor! Luchábamos por salir y había gente empujando para entrar, una locura. En el baño había una cola larga. Decidí entrar al baño de hombres, no pude, había cola también ¿qué pasa hoy? Esperé. Entré unos minutos tarde a clases, todos se dieron vuelta a mirar, claro. Me senté y la silla largó un chillido. ¿Quién tiene mis cosas? Hasta que las localicé, suspenso. El profesor pronunció las palabras más odiosas: práctico evaluativo. Hermoso, una carnicería. Llegado el momento de descansar un rato, fui a buscar agua para el termo y da la casualidad que en ningún lugar de toda la facultad había, agotada por hoy. En el merendero comenzó a quemar el sol. Probé en la sombra, hacía frío. La alarma de algún auto no paraba de sonar. En un abrir y cerrar de ojos ya había que entrar a clases. La más aburrida de todas. Si antes no estaba cómoda, ahora menos. No sabía qué parte de mi cuerpo amputar para estar más cómoda. 'Trabajen en grupo' (que frase fastidiosa). Ahí estaba frente a frente con la que hace de cuenta que no pasa nada. La alarma sonó de nuevo, 'busca llamar la atención' me pareció. Yo, mi mala vibra, mis cinco buzos, mis veinte libros, el bolso y la incomodidad en persona nos trepamos al bondi. El chofer, para variar me dió vuelto de menos, ¡que tenga un buen día señor! Me senté en donde daba la sombra. La ventanilla no se cerraba, entraba un viento inaguantable. Después de un rato se me ocurrió otra forma de cerrarla y lo logré, ya estaba a mitad de camino igual. Me dormí parece. Bombón asesino, bombón suculento. ¿Estoy soñando? Casi, me desperté y ví al chico, llevaba el celular con la música al mango. Me bajé a los tropezones, nosé si olvidé algo, no me importó. Caminé, se hizo eterno y son sólo dos cuadras. No llegaba más, no había ni un alma en la calle, parecía una película de terror de zombies. El perrito que nunca hace nada, hoy decidió ladrarme. Lo miré y se calló (ahora pienso ¿qué cara habré tenido? pobre). Llegué, no encontraba la llave. Me abrió mi vieja (otra éxito, vamos por más). Puteando eso si, porque el suicidio de salud le hizo esto y lo otro y nosé que barbaridad más. Comí y me fuí a la cama. No me pude dormir, mis ojos parecían dos huevos. Recordé que tenía que llamarte, me dió el contestador. Te atendí aturdida, no entendía nada de lo que me decías, perdón, no eras vos, es que tenía la cabeza en cualquier lado. Para colmo, me percaté hace instantes de que la carpeta con TODAS mis fotos no está, algún virus se la tragó. La busqué y nada. ¡Llamen a un técnico! Ahí había un trabajo de hormiga, juro. Vos que si dormiste y recargaste tus pilas ahora venís a secarme la mente con tus problemas de pareja, durísimo. Coronás tu exposición con la frase: 'todo el mundo está con problemas'. Me sentí 'atrapada' en esta sumatoria de mini desgracias y pensé que tenía que escribirlo. Hoy no es mi día definitivamente. Lo peor es que quedan horas para que termine... ¡Oh no! ¿Qué me espera en lo que resta del día? Voy a hacerme una rica merienda para matar el tiempo, espero no armar otro desastre...