jueves, 2 de septiembre de 2010

Me moleta Vol. 7: esta inagotable sensación

Inaudita, ya lo dije. Una sensación extraña, a pesar de que ya la sentí antes. Monstruosa, intolerable. Y lo peor, inagotable. Pensaba que con tomar una decisión, se apaciguaría. Pero no, se renueva todo el tiempo junto con mis pensanmientos, los cuales no paran. Me relajo y pareciera que aprovechan para dormir una siesta y volver más enérgicos que nunca. Mi cuerpo se detiene y a mi mente no le queda otra que parar. Tengo miedo de volver a pensar, de volver a sentir. Estar lejos, a la fuerza, ayuda. Extraño mecanismo que inventé para no ver las cosas, para no hacerme cargo de que no puedo poner límites (o puedo a medias, que es lo mismo), para no hacerme caso, no tener que escucharme ni entenderme. Lo cierto es que no puedo estar enferma eternamente. Mientras lo esté voy a toserte, transpirarte, eliminarte lo más que pueda, así cuando vuelva la tarea se haya achicado. No quiero más este laberinto en mi cabeza. Lleno de pasajes, sin salida. Primero entiendo, después ya no. Hago preguntas, sola las respondo. Acuerdo, desacuerdo. Sé lo que quiero, no sé ni a dónde voy. Hago, y deshago. ¿Esto es sincero? Te quiero cerca, te quiero lejos. No tengo la menor idea, todo gira tan rápido. Y todavía no encuentro qué es lo que hizo que me confunda así, ¡si todo fue tan claro...!
Hacerte las preguntas a vos no sirvió de nada, parecés programado para responder con las mismas frases. ¿Tengo que entender que tenés las cosas tan claras como decís? No sé por qué pero no te creo. Tus respuestas básicas y monótonas lo único que me dicen es que estás acobardado, que tenés miedo. Repetís lo mismo todo el tiempo, como si ni vos estuvieses seguro de lo que decís, tratando de autoconvencerte. Tu discurso no me conforma. Yo vi cosas, ¿vos no? ¿acaso vamos a negarlas? Mi mente es muy traicionera, no sé hasta qué punto es como yo creo, como yo lo vi (o creo que lo vi). Con poca información, un gran aturdimiento, un vano intento de comunicación y tu imposibilidad de explicarme las cosas sin contradecirte, no me quedan muchas opciones. O pienso lo peor y me dedico a detestarte, o acepto que no podés darme más respuestas que esas y... ¿me alejo?